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esde el 30 de mayo al 22 de junio, en el marco incomparable del claustro bajo del convento  franciscano, se mantuvo abierta una magnífica exposición artística de obras básicamente pictóricas y escultóricas con la imagen de san José.

Del patrimonio artístico lucentino, todas aquellas obras susceptibles de ser transportadas, amablemente cedidas tanto por las parroquias y templos locales como por particulares,  fueron trasladadas con las mayores garantías al lugar de la exposición. Al efecto, gracias al apoyo y patrocinio municipal, la Escuela Taller de Lucena, elaboró los adecuados paneles, los pedestales, algunas vitrinas y las etiquetas necesarias, tanto para la presentación de las piezas expuestas como para la información de los visitantes.

Por primera vez en la historia de nuestra ciudad se conseguía reunir un conjunto tan valioso y nutrido de obras de arte, vinculadas entre sí por la  figura, entrañable para la hermandad, de su titular san José.

Destacaron muy especialmente las extraordinarias imágenes de talla, a gran formato del santo patriarca, encabezadas por la propia de la hermandad, cuya prodigiosa escultura constituyó quizás, el más importante centro de atención expositivo.

Las imagen de san José de la iglesia de Nuestra Señora del Valle, la de la parroquia del Carmen, la que preside el retablo del templo de las monjas carmelitas descalzas, la neoclásica de la parroquia de san Mateo y la de santuario aracelitano, se combinaron con piezas de menor tamaño aunque no de inferior calidad: el propio convento carmelitano femenino de san José, el colegio de la Purísima Concepción o la ermita de Nuestra Señora de la Aurora aportaron excelentes muestras imagineras de san José en menor formato.

El conjunto escultórico se completó con imágenes que el tiempo y la devoción al santo patriarca distribuyó hasta mediados del siglo XX. Destacaron especialmente delicadas figuras de pequeñas dimensiones, como las pertenecientes a un belén dieciochesco del convento de las madres carmelitas descalzas.

El aspecto pictórico estuvo cubierto por un buen número de lienzos que representaban como protagonista exclusivo a san José; que le mostraban en actitud itinerante, acompañado del Niño Jesús o de adoración al mismo, así como en algunas de las escenas evangélicas en las que participó, referenciadas tanto en las escrituras canónicas como apócrifas.

Una serie importante de lienzos de estas características fue el aportado por la archicofradía de Jesús Nazareno de entre los que ornamentan su capilla, algunos óleos del pintor y clérigo lucentino Leonardo Antonio de Castro y varios otros cedidos por la comunidad carmelita descalza.

La exposición fue coordinada y dirigida por el cronista de Lucena don Francisco López Salamanca, que asimismo preparó y dirigió la edición de un cuidado y lujoso catálogo,  de casi cien páginas, hermosamente ilustrado, para mayor información de los visitantes.

La exposición, que fue inaugurada por las autoridades locales tanto religiosas como municipales contó con el generoso e incondicional apoyo de la comunidad franciscana lucentina, y con el patrocinio del obispado de Córdoba, la delegación municipal de Patrimonio del Excmo. Ayuntamiento y la Fundación Cajasur, en su Obra Social y Cultural.