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Son casi tres siglos los que avalan ya su trayectoria en torno a la dulce y bella imagen de la Virgen en la delicada y bellísima advocación de la Aurora. Los múltiples lazos que unen a nuestra hermandad con la cofradía de la Aurora y el deseo de que, de una más intensa fraternidad se deriven frutos espirituales para sus respectivos cofrades y materiales para el prójimo más necesitado, las respectivas juntas de gobierno, con el respaldo de la jerarquía eclesiástica, consideraron acertado proceder al hermanamiento de ambas instituciones, para lo cual, una vez redactado un documento base, que fue sometido y aprobado por las juntas, tanto particulares como generales, así como por el director espiritual, el párroco don Leopoldo Rivero, una vez cumplidas todas las formalidades de rigor, se procedió a la firma solemne del protocolo de hermanamiento que venía a poner, negro sobre blanco, los deseos de ambas cofradías. El acto tuvo lugar el día 23 de febrero a las 8 de la tarde en el transcurso de la santa misa, que celebró el párroco don Leopoldo Rivero, con asistencia de las juntas de gobierno de ambas cofradías y como testigos los invitados siguientes: el presidente de la Agrupación de Cofradías don Ricardo Moreno, los hermanos mayores de la cofradía del Santísimo Cristo de la Sangre y del Nuestro Padre Jesús orando en el huerto, don Manuel Jiménez del Pino y don Rafael Osuna Luque, así como de la concejala de Turismo del Ayuntamiento de Lucena doña María José Lara. Al finalizar la santa misa, en el presbiterio, los hermanos mayores don José Jiménez Pino y don Francisco Requerey Ramírez, en nombre y representación de ambas cofradías firmaron el protocolo de hermanamiento. Con posterioridad en dependencias de la parroquia se celebró el acontecimiento compartiendo una copa de hermandad. |